Tras borrar toda patentiza que le vincula a la muerte de Gustavo Fring (Giancarlo Esposito), Walter White (Bryan Cranston) vuelve a cocinar metanfetamina, empezando una nueva operación en la que Mike Ehrmantraut (Jonathan Banks) se une a Walt y Jesse (Aaron Paul) como distribuidor; si bien desconfía de su distribuidora de metilamina Lydia Rodarte-Quayle (Laura Fraser), una ejecutiva naviera de Madrigal Electromotriz GmbH, la compañía matriz de la cadena de restaurants “Los Pollos Hermanos”.

Skyler (Anna Gunn) se lleva a los pequeños de la casa, se percata de que Walt no está libre de su pasado como chef de metanfetamina. Walt, Jesse, y Mike birlan un tren que transportaba metilamina, asistido por Todd (Jesse Plemons), un empleado de Vámonos Pest. Un pequeño los ve, y Todd dispara al chaval en el acto. Jesse, aterrado por los disparos, y Mike, que es seguido por la DEA, deciden desamparar el negocio de vendiendo sus acciones de la metilamina por cinco millones dólares americanos cada uno de ellos a Declan, un productor de metanfetaminas con sede en Phoenix y distribuidor.

Walt se niega a vender su una parte de la metilamina y acuerda un pacto de distribución con Declan, negociando una indemnización de cinco millones dólares americanos para Mike. Walt entonces contrata a Todd como su asistente de cocina. Cuando Mike se niega a dar los nombres de los ex–empleados de Gus a Walt, los que se les paga por sostener silencio y no decir nada en frente de las autoridades, Walt impulsivamente dispara a Mike, matándolo.